CHOJUN MIYAGUI (1888 – 1953): Fundador del GOJU RYU
Rico de familia, Chojun Miyagui tuvo la oportunidad de dedicar su vida exclusivamente al estudio de las artes marciales. Inigualado como maestro y devoto al desarrollo del arte, dijo: “Si hubiese dedicado mi tiempo y mis riquezas a cualquier otra iniciativa, habría tenido éxito, sin embargo he dedicado mi vida a aprender con dominio todo cuanto deriva del Maestro higaonna”. Y así lo hizo. Después de la muerte de su maestro, el Maestro Miyagui retornó a China en dos ocasiones a estudiar y recoger ulteriores elementos sobre las artes marciales. Fue un pionero en la internacionalización del karate y viajó a la isla principal del Japón y a las islas Hawai para difundir su doctrina. En 1929, el maestro Miyagui fue enviado a Kyoto para un gran congreso de todas las artes marciales japonesas. No pudiendo asistir, le pidió a uno de sus alumnos Jinan Shinsato que lo representase.
En Kyoto, los diferentes expertos, llegados para hacer demostraciones, pertenecían todos a escuelas con nombres altisonantes. Cuando preguntaron a Shinsato cual era el estilo que representaba, concretamente no sabía que debía contestar. Si hubiese admitido que no se había adoptado aún un nombre preciso, el prestigio del Naha-Te se habría resentido y el habría quedado como un simple aficionado a los ojos de los demás participantes. Entonces, pensándolo rápidamente, Shinsato bautizó su estilo como “Anko Ryu”, es decir, escuela “semi dura”.
Cuando regresó a Okinawa, Shinsato contó su aventura al Maestro Miyagui. Este comprendió que debía dar un nombre a su escuela, de manera que esta fuese reconocida al mismo nivel que las demás artes marciales japonesas. Recordó entonces un verso del kempohakku (“los ocho poemas del puño”, que constituían un capítulo del Bubishi): Ho wa goju o tondosu (todo en el universo respira duro y suave) y adoptó oficialmente el nombre de Goju Ryu (Go: fuerza, Ju: suavidad) para su estilo:
1. Jinshinwa tenchi ni onaji : La mente es toda una con el cielo y la tierra.2. Ketsumyaku wa nichigetsu ni nitari : Los ciclos del cuerpo son como el sol y la luna.3. Ho wa goju o tondo su: Todo en el universo respira duro y suave.4. Mi wa toki ni shitagai he ni ozu: Actua de acuerdo con el tiempo y las mutaciones.5. Te wa ku ni ai sunawachi hairu : La mano es eficaz cuando existe el vacío.6. Shintai wa hakarite riho su : Para capturar el momento oportuno es necesario avanzar y retroceder.7. Me wa shiho wo miru wo yosu: Vigila los movimientos en las cuatro direcciones.8. Mimi wa yoku happo wo kiku: Los oidos escuchan en todas las direcciones.
En 1933, cuando fue creada la Dai Nippon Butoku Kai ( la más grande organización de artes marciales reconocida por el gobierno japonés pre-guerra ), el Maestro Miyagui presentó su artículo “Karate-Do Gairyaku. Una descripción del Karate-Do”, en calidad de representante de las artes marciales de Okinawa. Como resultado de su presentación, el karate recibió el reconocimiento oficial de arte marcial japonesa. Al mismo tiempo, al Maestro Miyagui le fue concedido el título de Maestro de Karate-Do, siendo el primer maestro de Karate en conseguirlo.
Más allá del dominio profundo del Karate por parte del Maestro Miyagui, su más grande aportación fue la organización de los métodos de enseñanza del karate. Introdujo ejercicios preparatorios, ejercicios complementarios, Fukyu Kata (Kata unificados), Kihon Kata (formas de base) y ejercicios de relajación. Fueron todos avances y aportaciones realmente de gran importancia en la época en cuanto se refiere al modo de enseñanza del karate. Además sus lecciones en la escuela de policia y en las escuelas medias ayudaron a redefinir la imagen pública del karate. En aquel tiempo la opinión pública era que el karate empobrecía a la persona que lo practicaba o lo hacía presa fácil de la discusión. El trabajo del Maestro Miyagui, por lo tanto presentó un cuadro mucho más apropiado del karate como arte marcial y como ejercicio físico.
Maestro en el estilo Goju-Ryu (Naha-Te), el Maestro Chojun Miyagui quería estudiar el karate de un modo aún más completo. Fue a buscar al más respetado maestro de Shuri-Te, el Maestro Anko Itosu, y le pidió de instruirlo. El Maestro Itosu le respondió diciendo: “Tu eres el más grande discipulo del Maestro Higahonna y has conquistado las técnicas del Naha-Te. No necesitas estudiar conmigo. Si observas mis técnicas verás lo que quiero decir”. El Maestro Miyagui no se desanimó y continuó visitando a menudo al Maestro Itosu para estudiar el Shuri-Te. El Maestro Itosu no enseñó al Maestro Miyagui las técnicas físicas, sin embargo le instruyó acerca de la teoría de las técnicas. La influencia del Maestro Itosu se puede ver en el Kata Hookyu del Maestro Miyagui, donde la combinación de duro y blando (como en el Gekisai nº1 y nº2) reflejan los movimientos del Shuri-Te.
Antes de acabar con la biografía del Maestro Miyagui, queremos hacer una reseña en palabras del Maestro Toguchi:
«Mientras era joven el Maestro Miyagui enfatizó en el desarrollo de la fuerza corporal y la práctica de las técnicas sin teoría. Después, hacia mis treinta años, me dijo: Has superado el período del entrenamiento y de ahora en adelante deberás aprender la teoría y las instrucciones. Entonces el me enseño formas nuevas y nuevas técnicas más adaptadas a los tiempos modernos. Después de su 65º cumpleaños, quizás intuyendo ya próxima su muerte, hablaba por horas y horas durante nuestros encuentros de estudio, a veces desde medio día a media noche. Durante estas intensas discusiones, a menudo me olvidaba de todo el resto del mundo y me sumergía totalmente en nuestras discusiones. Cuando a veces mi cara traicionaba mi cansancio ante la repetición por parte del Maestro Miyagui de algunas cosas, el decia: -La misma historia escuchada cuando tienes veinte años y después nuevamente escuchada cuando tienes treinta, te parecerá diferente cada vez, sea en la comprensión que en la impresión que tienes de la misma. Pero este es justo el secreto, cada buena teoría es inútil sin una efectiva aplicación-. De conversaciones como esta, he alcanzado una comprensión de las teorías del karate del Maestro Miyagui y ahora las aplico en la práctica. Si hubiera logrado solamente dominar las técnicas sin la teoría, habría terminado por ser un simple “repetidor”, un profesor mecánico de cuanto había aprendido, sin desarrollo creativo de ideas».